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Iguana Colorada-(Tupinambis rufescens) – Reserva Ecológica Los Corbalanes

Este lagarto es de gran tamaño, la cabeza es bastante robusta y las extremidades son cortas. La coloración dorsal es rojiza, con manchas oscuras irregulares que se disponen en series transversales. La cabeza es ancha y presenta la región del masetero bien desarrollada. En general, la cola es mas larga que el cuerpo. La cabeza es bastante oscura, casi negruzca, la zona dorsal es rojiza, con diferentes tonalidades. Presenta bandas transversales oscuras, y manchas irregulares espaciadas y atravesadas lateralmente por una línea de manchas blancas algo borrosas desde el oído a las extremidades posteriores. En las extremidades pueden observarse manchitas de color blanquecino y hacia ventral un color rojizo casi anaranjado. En la garganta se presentan manchas grandes y alargadas y en la región abdominal barras negras irregulares

Se distribuye en toda el área chaqueña, en toda Formosa, Jujuy, Salta, Chaco, Tucumán y Santiago del Estero, En Catamarca, La Rioja y San Juan, en la región del «Monte». En Córdoba en la zona oeste, hasta el contacto con las sierras, y también en San Luis. En toda Mendoza y parte occidental de La Pampa.

Es una especie que habita en ambientes xerófilos.

Su alimentación es omnívora se alimenta principalmente de aves, pequeños mamíferos, insectos, moluscos, peces, anfibios y hasta frutas.
Son ovíparos, el período de cortejo y cópula se extiende desde octubre hasta noviembre; el pico de nidificación se produce en diciembre, y las crías nacen en el mes de febrero. Presentan una alta tasa reproductiva (25-36 huevos promedio por hembra por temporada) y un crecimiento corporal logístico (Quintana, 1991).
Los tamaños mínimos reproductivos son de 320 mm para los machos y 349 mm para las hembras (Fitzgerald et al., 1993).

Los lagartos del género Tupinambis son poiquilotermos, como todos los reptiles. T. merianae y T. rufescens, presentan hábitos cavícolas, son particularmente activos en los meses de primavera y verano (desde octubre hasta marzo) e hibernan en los meses restantes. Es un reptil tímido y muy poco agresivo, frente a cualquier situación de amenaza emprende la huida velozmente buscando ocultarse en cuevas o entre la vegetación. Posee muy poca resistencia al frío y pasa la estación invernal en refugios subterráneos.

Las iguanas del género Tupinambis son tradicionalmente cazadas por los pueblos indígenas y criollos de América del Sur con fines de subsistencia y comerciales. En la actualidad, las dos especies presentes en la Argentina, la iguana overa o lagarto overo (Tupinambis merianae –antiguamente denominada T. teguixin; Avila-Pires, 1995–) y la iguana colorada o lagarto colorado (Tupinambis rufescens) se explotan comercialmente por su cuero, que se curte en el país y se exporta para la posterior confección de una gran variedad de productos –en su mayoría relacionados con la industria del calzado y marroquinería –. La presión de caza que ambas especies han sufrido históricamente ha llevado a que desde el año 1977 fueran incluidas en el Apéndice II de la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y consideradas dentro de la categoría de “comercio significativo”. Los pobladores de vastas zonas de la Argentina utilizan la carne para alimentación y la grasa para fines medicinales, mientras que el cuero es vendido a acopiadores. En décadas pasadas, esto último significaba una importante fuente de ingreso y, a pesar de la merma en la demanda comercial reciente, la captura de iguanas actualmente sigue siendo una de las pocas alternativas económicas para los pobladores nativos y criollos comprendidos dentro del área de distribución de ambas especies.